Un testigo silencioso en el corazón de La Habana Vieja
En la calle Obispo, entre Oficios y Mercaderes, se levanta una edificación que ha resistido el paso del tiempo: la casa más antigua de La Habana, hoy sede del Museo de Pintura Mural. Construida en 1594 para Don Antón Recio, Procurador General y Alcalde Ordinario del Ayuntamiento, esta vivienda ha sido testigo de la evolución arquitectónica, social y cultural de la capital cubana.

De vivienda colonial a museo patrimonial
A lo largo de los siglos, la casa ha tenido múltiples usos: fue vivienda, almacén, cochera, café, tienda de relojes, salón de limpiabotas, agencia de pasajes y fonda. En los años 60 funcionó como fonda popular, y a finales de los 70 comenzó su restauración bajo la tutela de la Oficina del Historiador de la Ciudad, que la convirtió en museo.
Hoy, el Museo de Pintura Mural exhibe objetos originales, decoraciones recuperadas y contenidos multimedia que narran su historia. La entrada es gratuita, lo que la convierte en una parada obligatoria para quienes recorren el centro histórico.
Estructura híbrida con valor patrimonial
Según la investigadora Alicia García Santana, la casa estuvo formada por dos viviendas:
- Una principal sin balcones, con un óculo central para iluminación
- Otra más alta, con balconcito tipo torre en el vano superior
Ambas fueron modificadas a lo largo del tiempo, pero conservan elementos originales como:
- Decoraciones murales restauradas
- Patio interior con pozo, rodeado de azulejos valencianos y baldosas hidráulicas cubanas del siglo XIX
- Techos de teja roja, puertas, ventanas y balcones de madera Desde sus balcones se contempla una de las calles más emblemáticas de la ciudad antigua y moderna.



📜 Propietarios a través de los siglos
La casa ha pasado por manos de figuras relevantes:
- Siglo XVI: Antón Recio
- 1648: Antonio de Hoces Carrillo y Córdoba
- 1714: Presbítero Diego Rubí de Zelis
- 1841: Manuel González Piñera (su hijo la reconstruye y divide en dos casas: No. 19 y 21)
- 1881: Juan Antonio Bances y Álvarez
- 1951: Sociedad Anónima Galidia
- Desde 1968: Oficina del Historiador de la Ciudad
Espacios con memoria
En la planta alta, uno de los cuartos fue adaptado como sala de video, y se rinde homenaje al restaurador Ángel Generoso Bello Romero, figura clave en la conservación patrimonial cubana.
(Con información de Travel Trade Caribbean)
