El miembro del Buró Político y vicepresidente de la República de Cuba, Salvador Valdés Mesa, expresó que el 26 de julio de 1953 marcó un punto de inflexión definitivo en el devenir histórico cubano.
Valdés Mesa afirmó que ante los intentos para fracturar la historia de resistencia del país caribeño, preservar la unidad, basada en los principios, ha sido y será, premisa permanente de la Revolución; en tanto, subrayó el impacto que causa en todas las esferas el recrudecido bloqueo económico y financiero de los Estados Unidos.
Asimismo, reconoció las deficiencias, insuficiencias y errores propios, sobre los cuales expresó que se debate a la luz pública, dando participación a los ciudadanos a sabienda de que el enemigo amplificará de inmediato hasta la más pequeña dificultad, o mentirá en el intento de achacarle la culpa al socialismo que se construye, o a los dirigentes del país y con ello influenciar en la opinión pública.
En tanto, al referirse a los resultados que llevaron a Sancti Spíritus a merecer la sede del «26», el dirigente reconoció el esfuerzo de sus hijos, herederos de la tradición de lucha del Mayor General Serafín Sánchez Valdivia, el héroe de las tres guerras por la independencia de Cuba al cual regresan una y otra vez para aprender de su estirpe mambí y su vocación redentora.
Entre un mar de banderas cubanas, entre los colores rojo, azul y blanco, y con el apoyo de modernas tecnologías, la Isla toda vibró con los puntos tradicionales espirituanos, con la alusión a las raíces africanas que tanto distinguen a esta Cuba mestiza, con Pensamiento y El Hombre de Maisinicú, un tema este último que trajo de regreso momentos de la vida de Alberto Delgado.

Y a ritmo del contagioso pasacalle Yayabo está en la calle, concluyó el acto que apenas es un alto en el camino en los empeños por seguir impulsando obras de beneficio social y económico, tal como ha sucedido desde que el 14 de junio el Buró Político designara a Sancti Spíritus sede de la conmemoración.
(Con información de la Página Web de la Mesa Redonda)