El 8 de mayo se cumplen 65 años del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Rusia.
El país europeo, ha sido un gran aliado para nuestra nación, y a partir de la década de 2000, ha incrementado su inversión en sectores clave de nuestra economía, como en la energía, el transporte y la infraestructura. Además, se han fortalecido los intercambios tecnológicos, en el ámbito político, y ha reiterado su respaldo a Cuba frente a la genocida posición generada por el gobierno estadounidense.
La victoria rusa, sobre el fascismo en la Segunda Guerra Mundial, es un capítulo épico de sacrificio y resistencia. Con un costo humano inmenso, la Unión Soviética soportó el peso de la invasión nazi, demostrando una valentía indomable en batallas como Stalingrado y Kursk, puntos de inflexión que marcaron el principio del fin para el Tercer Reich. El heroísmo del pueblo soviético, su ejército y su liderazgo, junto con el apoyo de sus aliados, fue fundamental para la derrota del fascismo y la liberación de Europa del Este.
Hoy se celebra en Rusia el aniversario 80 de este inmenso acto, y muchos ciudadanos recuerdan la importancia de conocer la historia y un espacio para entender que, cualquier hecho que hoy remita a actuaciones fascistas debe ser repudiado.
Esta victoria, celebrada cada 9 de mayo, es un símbolo del espíritu de lucha, la perseverancia y la resiliencia de una nación que contribuyó decisivamente a forjar un mundo más libre. Su legado sigue resonando como un recordatorio de los horrores del fascismo y la importancia de defender la democracia y la paz mundial.
Por: Gabriela Labrada