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Centro dedicado al Che rescata sus obras inéditas

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El Centro Ernesto Che Guevara de La Habana rinde tributo al Guerrillero Heroico con el rescate de sus obras inéditas, sobre todo, de la etapa juvenil para acercar su impronta a las nuevas generaciones latinoamericanas.

Creada como continuidad de su archivo personal, la institución busca que los jóvenes encuentren en sus fondos documentales, bibliográficos y fotográficos, y en las investigaciones sobre su ideario y acción, la respuesta a la pregunta: ¿para qué nos es útil el Che, como referente en nuestro combate cotidiano?

‘Queremos que ellos vean cómo escribía Ernesto, su valoración respecto a determinadas cuestiones y que no solo tengan una idea emitida por las palabras y convencimientos de otros. Cada generación tiene su modo de interpretar la historia’, explica a Prensa Latina la doctora en ciencias María del Carmen Ariet.

Por ejemplo, el Centro apoyó la película biográfica ‘Diarios de Motocicleta’ (2004), basada en los diarios de viaje del Che y su amigo Alberto Granado, dirigida por el brasileño Walter Salles y protagonizada por el actor mexicano Gael García Bernal y el argentino Rodrigo de la Serna.

A su juicio, en ese filme los jóvenes encuentran el antecedente del Che adulto y adquieren más rigurosidad para interpretar su pensamiento y obra. También realizan talleres en la escuela primaria Combatientes de Bolivia, para que los niños entiendan que la frase ‘ser como el Che’ no es dogma ni pedestal.

‘Ser como el Che es una construcción cotidiana. Es imprescindible mostrarles que defectos y virtudes pueden ir a la par y que podemos llegar a ser, sino iguales, al menos parecidos a la estatura de ese hombre admirado por ellos. En los talleres los pequeños trabajan sobre gustos propios del Che como: la fotografía, la escultura, ajedrez y la literatura’, expresó la Coordinadora Académica del Centro.

La institución proyecta extender esos espacios de intercambio a los adolescentes; así como, ampliar la difusión de los libros sobre Guevara, publicados por la editorial latinoamericana Ocean Sur y el Instituto Cubano del Libro.

Desde los albores de la guerra de independencia, iniciada el 10 de octubre de 1868, las figuras internacionales que contribuyeron a la soberanía y emancipación forman parte de la memoria histórica del país.

De ahí que una de las primeras medidas asumidas tras el triunfo revolucionario fue la promulgación del Che como ciudadano cubano. No obstante, su admiración y respeto comenzó en Cuba desde antes del primero de enero de 1959.

María del Carmen Ariet destacó la sensibilidad y humanismo del médico argentino y su profunda relación con el líder Fidel Castro. ‘Esa unidad de pensamiento esgrimida por el líder revolucionario desde siempre era el estandarte del resto de sus compañeros; eso no quiere decir que el Che estuviera de acuerdo con todo, porque era una época de debate y transformación absoluta’, argumentó.

Guevara conoce a Fidel Castro en 1955 durante su permanencia en México. El Che fue, junto a Raúl Castro, de los primeros en la lista de los expedicionarios del Granma cuando aún no existía ni barco, ni armas, ni tropas. La llegada a la Isla del yate, el 2 de diciembre de 1956, marcó el inicio de la lucha guerrillera en la Sierra Maestra.

Según Ariet, fue respetado por su valentía y humanismo. ‘También por su trabajo en el Banco Nacional, al frente del Ministerio de Industria, su visión de política internacional y el apoyo a los movimientos de liberación en naciones del tercer mundo presionadas por el capitalismo y la colonización’.

No es de extrañar entonces que, en sus palabras del 18 de octubre de 1967, el dirigente cubano asegurara: ‘(…) Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios: áQueremos que sean como el Che!’

La frase, arraigada en los niños cubanos durante las décadas siguientes, ha adoptado el simbolismo de nuevos contextos, demandas y luchas. Su imagen también ha variado con el tiempo, si bien la más difundida en aquellos años fue la foto icónica y solemne tomada por el entonces reportero del diario Revolución Alberto Díaz (Korda) el 5 de marzo de 1960, durante el sepelio a las víctimas de la explosión del vapor La Coubre.

En este sentido, el Centro Ernesto Che Guevara es consciente del pedido de los jóvenes de una imagen del Che sonriente y más cercano a la cotidianidad. ‘Rescatamos esas fotos donde está feliz junto a sus hijos y con la obra emprendida en los primeros años de la Revolución. Se puede, mediante sus fotografías, encontrar también una persona consecuente con nuestras aspiraciones y deseos como ser humano’, concluyó la experta.

(Tomado de Prensa Latina)

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