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Servicio Sismológico Nacional de Cuba apuesta por la renovación tecnológica

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El Servicio Sismológico Nacional de Cuba (SSNC) apuesta por la renovación tecnológica, con el fin de modernizar los Sistemas de Alerta temprana de sismos y tsunamis en la Mayor de las Antillas.

Según resalta el diario Granma, en este propósito lidera el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais), fundado en 1992, que tiene la misión de garantizar el monitoreo y el análisis de la actividad sísmica en el país, tributando la información a los organismos decisores del Estado.

La institución asume el desarrollo de software para la visualización y el acceso a la información sismológica, a través de su página web www.cenais.cu; los análisis espacio-temporal-energético de ocurrencia de temblores de tierra; y el monitoreo de las variaciones súbitas del nivel del mar, que pudieran indicar una alerta de tsunamis.

El jefe del Servicio Sismológico Nacional y vicedirector técnico del Cenais, Enrique Diego Arango Arias, precisó que en la actualidad el SSNC tiene 19 estaciones sismológicas, varias de ellas fruto de la colaboración internacional con Canadá, y la tecnología moderna instalada posibilita que cada registro sea visualizado en el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil.

Durante el año 2020 se alistaron nuevas estaciones de tecnología rusa, adquiridas por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), a fin de completar la red de estaciones en la zona centro-occidental del país, puntualizó el especialista.

Señaló que otro paso de importancia en el fortalecimiento del SSNC fue la implementación, a partir de 2017, de una red de acelerógrafos en las ciudades de Santiago de Cuba y Guantánamo, para determinar las aceleraciones del terreno en el momento preciso de ocurrir un sismo moderado o fuerte.

Dicha información permite contar con un conocimiento imprescindible para futuras acciones de planificación urbana, además de propiciar la realización de estudios referidos a cómo se atenúan las ondas sísmicas en cada lugar y saber cuál es la respuesta del suelo, cuestión sumamente importante en las construcciones, subrayó.

En el arsenal tecnológico del Cenais figura también una estación permanente del Sistema Global de Navegación por Satélite, que permite calcular el movimiento absoluto de la placa de Norteamérica, a la que pertenece Cuba.

Asimismo, a partir de 2018, y como parte de un proyecto internacional en colaboración con instituciones francesas y cubanas, los especialistas del centro empezaron a realizar mediciones en diferentes puntos de la región oriental, a fin de lograr determinar la dinámica de la litosfera en esa zona, y valorar si está registrando una deformación importante en relación al límite de placas, indicio premonitor de la probable ocurrencia de un sismo moderado o fuerte.

Enfatizó Arango Arias que tales datos son de vital importancia para la Tarea Vida, al poder conocer qué bloques de la zona de estudio muestran una tendencia al hundimiento y cuáles al ascenso con relación al nivel del mar.

Cada año en Cuba ocurren, como promedio, de cinco mil a seis mil sismos de diferentes magnitudes, la mayoría en la región suroriental vinculados a la falla de Oriente.

El registro sísmico histórico del país, que comprende del siglo XVI al XX, refiere que la cantidad de perceptibles reportados durante ese periodo ronda los dos mil, incluyendo 28 fuertes, de los cuales 20 afectaron a la ciudad de Santiago de Cuba.

Destaca entre ellos el del 20 de agosto de 1852, cuya magnitud estimada fue de 7,3 grados en la escala de Richter (mide la energía liberada por el sismo) y una intensidad de IX en la escala msk (toma de referencia los efectos destructivos observados en las edificaciones, el cambio de aspecto del terreno y los daños a la población).

También es notable el terremoto del 3 de febrero de 1932, en la urbe santiaguera, que destruyó de manera total o parcial el 80 por ciento de las edificaciones, además de ocasionar unos 300 heridos y lesionados y cerca de 20 víctimas mortales.

Sin embargo, el evento telúrico más intenso medido en el área de cobertura del Servicio Sismológico Nacional es el del 28 de enero de 2020, a 130 kilómetros al suroeste de Cabo Cruz, Granma, que alcanzó una magnitud de 7,8 grados y resultó perceptible en todo el país.

(Tomado de Granma)

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