Dotado del más avanzado equipamiento tecnológico y de una concepción del trabajo a ciclo completo de investigación-producción y comercialización, el 1ro. de julio de 1986 quedó inaugurado el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), obra financiada en su totalidad por el Gobierno cubano.
Para un país bloqueado económicamente como el nuestro y de limitados recursos, se trataba de un audaz suceso, pues en aquellos tiempos solo incursionaban en la novedosa disciplina científica un reducido número de naciones altamente desarrolladas.
Con optimismo visionario, al hablar en el acto de apertura de la flamante institución, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz expresó: «El centro es grande, pero yo espero que sean grandes también los resultados científicos que obtengan en este centro».
Siete lustros después de creado, el CIGB es un gran complejo científico-productivo, que tiene la misión fundamental de lograr vacunas humanas y veterinarias, medios diagnósticos, medicamentos y proteínas por vía recombinante para usos terapéuticos, además de impulsar la biotecnología agrícola y la acuicultura.
El colectivo de investigadores y técnicos de la entidad, perteneciente al grupo empresarial BioCubaFarma, dispone de una sólida preparación profesional, lo que unido al estricto cumplimiento de los indicadores internacionales de buenas prácticas, sustenta el prestigio, la confiabilidad, elevada calidad, seguridad y competitividad de los aportes allí obtenidos.
Hasta la actualidad, más de una docena de los productos desarrollados en el CIGB tienen un impacto notable en el mejoramiento de la salud de la población cubana. Baste mencionar el ejemplo de la vacuna contra la hepatitis b, que ha reducido las consecuencias potenciales de esa enfermedad, entre ellas las hepatitis agudas y crónicas, la cirrosis hepática y el hepatocarcinoma. Debido a la aplicación masiva de ese medicamento, el país no reporta casos de hepatitis b aguda en niños por debajo de cinco años desde 1999, condición que a partir de 2006 se extendió igualmente a los menores de 15 años.
Figura también la vacuna pentavalente (Heberpenta) para la difteria, tétano, tosferina, hepatitis b y la Haemophilus influenzae tipo B que, a partir de 2009, forma parte del programa de vacunación infantil del Ministerio de Salud Pública y ha protegido a más de medio millón de niños.
Indispensable hacer alusión al fármaco Heberprot-P, único de su tipo en el mundo para tratar la úlcera del pie diabético en estadios avanzados, cuya aplicación tanto en Cuba, como en el exterior, ha evitado un alto número de amputaciones de diverso grado.
Muestra de la originalidad de los resultados del centro es que, hasta 2019, tenía 1 331 patentes de invención solicitadas en nuestro país y en el mundo, de las cuales el 83,9 % habían sido concedidas.
(Tomado de Granma/Foto: José Manuel Correa).