Por Odalis Pérez
Hablar de esos hombres y mujeres que sueñan, creen, convocan y suman es de las cosas más lindas que uno pueda escribir. Saltan emociones que destacan la grandeza de quienes aportan a esa tan necesaria construcción colectiva. Precisamente cuando quedó inaugurada la cita bajo los cinco aros en Tokyo, Japón, me desperté no solo con la alegría de ver a mi delegación alzar la enseña nacional; sino también con una propuesta que versa de sentimientos por esta isla de todos.
Desde Las Tunas me llegó la idea de un cubano de a pie, de un hombre sencillo, afable y trabajador. Un ciudadano más, que bien sabe lo que se siente estar en tres y dos, al filo del desvelo porque los suyos han padecido esa brutal enfermedad que atenta cada día, con más fuerza, contra la vida.
A Yaciel Peña de la Peña, fotorreportero de la Agencia Cubana de Noticias, padre de Ángel Gabriel y Abraham tuve la dicha de conocerle personalmente cuando La Habana se preparaba para celebrar su aniversario 500.
Desde entonces hemos mantenido el contacto por las redes sociales. Esas que en los últimos tiempos nos han llamado a la reflexión y al análisis certero de una realidad de fuertes contrastes, de luces y sombras. En las que a diario encontramos noticias alentadoras y devastadoras, de las que suman y también restan.
Lo evoco porque ha inundado su Facebook con una iniciativa que tiene una carga simbólica tremenda. Él hace una invitación a manifestar el cariño por esta tierra donde todo el mundo cuenta. Donde hacen falta más acciones a favor del otro. En la que diálogo, el respeto, la comprensión y el humanismo sean pilares de una comunicación llena de entendimientos en un contexto que demanda cambios urgentes y necesarios.
Su aspiración, que las personas tomen un pullover y lo personalicen con ese diseño que lleva impresa su creatividad. Para que luego cuelguen sus fotos en símbolo de su amor por Cuba, al ponerle el corazón desde el ejercicio de su cubanía.