Por Ileana González/Radio Reloj.
A 60 años de su alumbramiento, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) mantiene su misión crucial para los destinos de la nación. Tuvo en el Comandante en Jefe Fidel Castro a su artífice, cuando en junio de 1961 trazó los principios rectores de la política cultural de la Revolución Cubana, de tanta prioridad en las estrategias del proceso transformador.
Apenas dos meses después de sus históricas Palabras a los Intelectuales, cuando llamó a librar una guerra contra la incultura, sesionó el Congreso fundacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Nació el 22 de agosto de 1961. En una coyuntura trascendental, la organización optó por el nombre que confirmaría su voluntad de ser fragua de cohesión del movimiento artístico e intelectual del país, vanguardia creativa y pilar de la vida espiritual del pueblo.
Al clausurar el Congreso fundacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Fidel -más que del presente- habló del porvenir y del privilegio de crear en un momento con tantos proyectos de dignificación del pueblo. La UNEAC nació hace 60 años arropada por el Poeta Nacional Nicolás Guilén y otros insignes creadores.
Ellos hallaron continuidad en sus empeños por aportar mayor solidez a la cultura cubana. Esa vanguardia artístico-literaria, sigue teniendo la responsabilidad de tomarle el pulso a la sociedad, consciente de que -como escribió José Martí- con pensamiento se ganan las batallas, sobre todo en contextos particularmente complejos y decisivos para los destinos de la nación, cuando urge preservar los valores raigales de la cultura cubana, que la afincan y la hacen resistente. Estos son tiempos de responsabilidad y compromiso.