Cubana Durand la gran atracción en atletismo de Paralimpiada

La cubana Omara Durand devino hoy en la gran atracción de la jornada en el atletismo de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, al ganar la final de los 100 metros, clase T12.

Durand, acompañada por su guía Yuniol Kindelán, revalidó el cetro conquistado en Río de Janeiro 2016 en esta ocasión con tiempo de 11.49, su mejor registro de la jornada en el estadio Olímpico, en una modalidad para corredores con discapacidad visual y llegó a siete coronas en las Paralimpiadas.

Pese a la lluvia caída desde bien temprano, la antillana, de 29 años, arrancó bien y tomó la punta rápido para no darle ninguna opción a sus rivales y mantener un invicto que se remontó al 2011.

A la caribeña la escoltaron la ucraniana Oksana Boturchuk, subcampeona, con registro de 12.03 segundos, la china Liang Yanfen, tercera (12.51), y la dominicana Darlenys de la Cruz, cuarta (12.53).

Plusmarquista mundial de los 100 y 400 metros de su categoría, Durand ya logró una corona en la vuelta al óvalo de la lid japonesa, prevista hasta el domingo, y en certámenes universales no pierde desde su primera victoria en la ciudad neozelandesa de Christchurch en 2011.

Al concluir la carrera, la cubana resaltó la importancia de ganar una séptima presea en justas paralímpicas y la calificó de especial como la primera conseguida en la lid precedente de Río 2016.

Además, insistió en la necesidad de entrenar con disciplina y no se adelantó en dar una posible fecha para perder su imbatibilidad en las pistas del orbe.

Con el título de Durand, la delegación cubana acumula tres medallas de oro, una de plata y otra de bronce en la lid japonesa y ascendió al puesto 33 de la tabla de preseas por países, igual balance que Sudáfrica.

En otra final de la jornada, el brasileño Alessandro Rodrigo da Silva subió por segunda vez al podio de la justa nipona, al triunfar en la final del disco, clase F11, para atletas con discapacidad visual casi total.

Da Silva, plata en la impulsión de la bala en la misma categoría de la cita asiática, logró una marca de 43,16 metros, récord paralímpico, para ganar su primera medalla de oro aquí.

Al sudamericano lo escoltaron el iraní Mahdi Olad, subcampeón, con un registro de 40,60 y el italiano de origen cubano Oney Tapia, tercero (39,52).

La delegación brasileña sumó también una presea de plata, de Marivana Oliveira en la bala F53, para los atletas de campo que tienen una discapacidad considerable en el movimiento del torso y de las piernas, y una ligera limitación del agarre de la mano.

Los de esa nación suramericana lograron otra de bronce por intermedio del saltador de largo Mateus Evangelista Cardoso, categoría T37.

Oliveira consiguió un envío de 9,15 metros en una prueba para secundar a la ucraniana Mariia Pomazan, titular (12,24), y aventajar a la checa Anna Luxona, tercera (8,60).

Por su parte, Cardoso llegó hasta los 6,05 metros en una prueba para los atletas que tienen el movimiento y la coordinación moderadamente limitados en un lado del cuerpo, y quedó por detrás del ucraniano Vladyslav Zahrebelny, monarca, con cota de 6,59, y del argentino Brian Lionel Impellizzeri, segundo (6,44).

Para Latinoamérica, la representación argentina del deporte rey agregó hoy otro metal plateado por intermedio del balista Hernán Emanuel Urra, en la clase F35, para los atletas de campo que tienen el movimiento y la coordinación moderadamente limitados de las piernas y una pequeña discapacidad en los brazos.

Hurra lanzó el peso hasta los 15,90 metros, primado panamericano, y solo cedió ante el uzbeco Khusniddin Norbekov, campeón (16,13), y relegó a la tercera plaza al chino Fu Xinhan (15,41)

(Tomado de Prensa Latina)

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