Por Rafaela Balanza
Foto: Yohani Cáceres
Desde la primera transmisión, Canal Habana se distingue por su programación de cambio propia: novedosa, variada y de excelente factura. Estos elementos marcan la diferencia, haciendo evidente que detrás de cada uno de estos minutos en pantalla hay una sólida estrategia de comunicación.
Sucede que todo el tiempo sorprende con nuevas piezas, que remarcan la intención de sus mensajes concebidos desde estéticas y formatos que conectan con la teleaudiencia. Y es que estas producciones están llenas de referencias populares que las convierten en experiencias culturales, al contar desde narrativas cercanas.
Detrás de estos resultados está un fundador del canal, Liuvar Losada, actualmente director de Comunicación: «La estructura de los bloques de cambio (de tres minutos) incluye autopromociones, miniseries, mensajes de bien público, spot conmemorativos o institucionales y los fondos blancos¨ Son ejemplos las miniseries Habaneros y En blanco y negro. Ambas trabajan desde la identidad, la primera muestra al ciudadano común que siente orgullo por su ciudad, la segunda rescata el patrimonio televisivo recordando a quienes trabajaron en y para la pantalla chica.
«Habaneros lleva ya 14 años al aire y podría considerarse un ícono del canal, debido a la sensibilidad y sentimientos que desde entonces promueve. Algo similar sucede desde hace 5 años con En Blanco y negro, devenida homenaje a grandes figuras de la escena nacional.
«También, Instantáneas, para promocionar y reconocer a los artistas del lente; Estampas que recrea los símbolos identitarios de los diferentes municipios de la capital y los Animados sobre la temática Valores. Catálogo, Destino Habana, Así lo vio Bohemia, Viñetas, Making off, completan el listado de miniseries».
Si algo distingue esta programación del Canal Habana son los fondos blancos con los que concluye cada ¨segmento¨, casi siempre marcados por la música. Al respecto, nos explica Liuvar Losada: «Tenemos en cuenta que sean personalidades representativas de diferentes esferas y que pueden marcar tendencias, al final se convierten en íconos de la cultura, el deporte, la ciencia; asimismo, los hemos asociado a los músicos y se han hecho jingles alegóricos al canal.
«Por el breve tiempo en pantalla y los contenidos de variadas temáticas esta programación debe ser bien pensada, porque en la síntesis está el éxito de comunicar».
Estudios de teleaudiencia constatan el impacto de estos materiales convertidos en hechos sociales que generan conversación cotidiana y ameritan repetición. Y es que Canal Habana es un laboratorio donde se piensan, imaginan y diseñan formatos, se explora y experimenta permanentemente para contar de modo diferente lo local, para desarrollar una programación de calidad y cercana a sus televidentes.