Biblioteca Nacional de Cuba: Escenario para el saber

Con el reto de la reapertura y el próximo regreso de su sala infantil juvenil, desaparecida por unos
años, la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí (BNCJM) celebra este 18 de octubre su aniversario 120.

Para Omar Valiño, su actual director, la importancia de la biblioteca “se resume en todo lo que posee –a pesar de cualquier dificultad, incluso en este tiempo de pandemia– y en que tantos investigadores,
en múltiples búsquedas, encuentran lo que vienen a buscar e, incluso, lo que no saben que vienen a buscar”.
La posesión de esos tesoros, que no son fetichistas, sino de la cultura universal y cubana, es un depósito de lo que somos y esa es la gran importancia eterna de la biblioteca y en la renovación hacia el futuro, según destacó. 

Los lectores de hoy y mañana

Foto: Raquel Sierra

Algunos recuerdan que adolescentes de barrios cercanos salían temprano de sus casas los sábados y esperaban la apertura de la biblioteca para perseguir a sus personajes favoritos.

Cada día está más próximo el regreso de la sala infantil Eliseo Diego, por desgracia, eliminada años atrás y donde los entonces niños y jóvenes disfrutaron no solo de las nuevas colecciones, sino también de talleres de pintura y otras opciones. Ahora, a todo ello se sumarán las posibilidades que brindan las tecnologías de la información.

A juicio de Valiño, el rescate de ese espacio “abre una puerta estratégica” en la batalla por el programa nacional por la lectura, por la importancia de enseñar a la niñez y la adolescencia a leer y comprender.

De lo contrario, consideró, “no estaríamos haciendo la Biblioteca Nacional y el Sistema de Bibliotecas Públicas lo que tenemos que hacer”.

Entre los retos que tiene ante sí la BNCJM, está “cómo nos readecuamos, después de este período de COVID–19, a los servicios que habitualmente damos y cómo la biblioteca hace más efectivo sus servicios hacia públicos más amplios”.

No descansarán pasado este 18 de octubre. Según recalcó, “la digitalización es la gran tarea de la biblioteca del futuro, pero que en realidad tendría que ser la biblioteca del presente.

“Cuando abramos, vamos a poner todo eso en servicio del público”, dijo y explicó acerca de las posibilidades de inscribirse en la BNCJM, donde las restricciones serán mínimas.

“Es una inscripción, no un muro”, sostuvo el director de una de las instituciones culturales más importantes de la nación.

(Tomado de Tribuna de La Habana).

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