El mítico saltador cubano de altura, Javier Sotomayor, celebra este mes dos importantes fechas: su cumpleaños, el 13 de octubre y este 19, momento de exaltación al Salón de la fama del atletismo centroamericano.
Conocido en el mundo del deporte como el Príncipe de las Alturas, Sotomayor, inicia de manera oficial la práctica del atletismo en su natal Limonar, en la occidental provincia cubana de Matanzas y desde los 14 años ya superaba la marca de los dos metros en esa prueba.
El espigado saltador es resultado de la pirámide del alto rendimiento en el país con tránsito por las Escuelas de Iniciación deportiva en Matanzas y de Perfeccionamiento Atlético en La Habana, antes de ingresar al equipo nacional.
Bajo la guía del profesor José Godoy, Sotomayor despunta a nivel internacional y con apenas 16 años establece récord del orbe juvenil, aún vigente de 2,33 metros.
Hacia 1987, consigue un gran resultado al ceñirse el metal dorado en los Juegos Panamericanos de Indianápolis, Estados Unidos y sobrepasa la varilla situada a la altura de 2,32 metros.
En plenitud de forma llega a 1988, donde la ciudad de Salamanca en España lo acoge durante la realización de un evento al aire libre y logra su primer registro global de 2,43 metros.
Doce meses después supera el registro en dos ocasiones durante el Campeonato Centroamericano de Atletismo en San Juan Puerto Rico, donde se eleva hasta los 2,44 metros al aire libre y la otra en el Campeonato Mundial bajo techo de Budapest, Hungría con brincó de 2,43 metros .
La edición de Barcelona en 1992 lo inmortalizaría en el Olimpo de los campeones y el título bajo los cinco aros constituye el mejor homenaje para su preparador José Godoy, dos años antes fallecido.
Vuelve a la urbe española de Salamanca en 1993 y asombra a todos los presentes al imponer la cota de 2,45 metros; esta marca junto al título olímpico le valieron la distinción de Príncipe de las Alturas de los Deportes.
Pero no todo fueron triunfos relevantes para Sotomayor pues luego de su participación en la cita panamericana de Winnipeg, Canadá, es acusado de dopaje y quedó suspendido por dos años de todo tipo de competiciones de la antes Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (AIAF).
De inmediato, Sotomayor denunció tales inapropiados cargos y lo consideró como una injustificada y flagrante decisión hacia su persona, a su favor contaba con la realización de cientos de controles médicos, todos negativos y también con más de 300 saltos ejecutados por encima de los 2,30 metros.
Al conocer la reducción de la sanción a que fue sometido Sotomayor en 2001, le valió para que fuera habilitado a participar en la cita estival de Sidney-2000, donde alcanzó la medalla de plata con registro de 2,38 metros.
Hacia el 2008, los directivos de la Asociación de Atletismo de Norte, Centroamericana y el Caribe, Nacac, deciden por mayoría de votos incluir a Sotomayor en el salón de la fama de la región junto a Luis Mariano Delis, Roberto Hernández, Andrés Simón, Martiza Martén, Silvia Costa, Norberto Téllez y el fallecido historiado del atletismo cubano Basilio Fuentes, así como al dirigente Jesús Arguelles.
(Con información de PL)