Techos nuevos, paredes repelladas después de largos años de desnudez, baños en camino, erradicación de viviendas ubicadas a menos de 25 metros de la orilla del río Quibú para la reubicación de sus moradores a un asentamiento diferente, son algunas de las transformaciones que vive hoy La Escalera, un barrio de unas 118 viviendas, del Consejo Popular Pocito-Palmar, en Marianao.
Sobre el programa de rehabilitación integral de esa barriada, conocieron en recorrido de trabajo Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en la capital y su Gobernador, Reinaldo García Zapata, en compañía de César Báez García y Yamira Lamadrid, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular e intendente del territorio, respectivamente.

Esta barriada del Consejo Popular Pocito-Palmar, del municipio de Marianao, es una de las comprendidas en el programa de rehabilitación integral en 65 barrios.
En diálogo con los pobladores, el primer secretario del Partido en la capital aseguró que se trabajaría por mejorar las condiciones de vida de la gente. “Tiene que ser con mucho amor, que todo salga lo mejor posible”, afirmó.

La Escalera, junto al Husillo y Zamora-Coco Solo son tres de las localidades de este territorio que apoya desde julio pasado el Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Exranjera (MINCEX), dijo su viceministro, Roberto López Hernández.

En estos momentos, comentó, en Pocito-Palmar se están priorizando acciones en aquellas instalaciones que benefician a todo el barrio: bodegas, carnicerías, la escuela primaria Comandante Manuel Fajardo, consultorio del médico de la familia, una institución de cultura y, a su vez, se están mejorando las condiciones de vida en La Escalera, donde las condiciones de habitabilidad de la mayoría de las viviendas son extremadamente difíciles.
De acuerdo con el vicetitular, diferentes direcciones del organismo están repartidas por los barrios, donde también participan los jóvenes del MINCEX. Aunque las acciones se concentran en esos barrios se extienden a otros lugares del territorio marianense.
Llegar hasta el río
La Escalera, como lo indica su nombre, es un caserío que crece a los lados de un irregular camino de cemento en pendiente que llega hasta la orilla del río Quibú. En la franja derecha, algunas de las viviendas dan a un barranco o crecen sobre él.

Reinaldo Romero Pérez, delegado de la circunscripción 14 del consejo popular, indicó que las casas se irán reparando de 20 en 20 para que se vean los avances, las de madera se construirán de bloques, mientras que las que están más cerca del río serán trasladadas a un terreno en la calle 118, cedido por la Agricultura, y cuyo movimiento de tierra estará a cargo del Contingente Blas Roca. En la actualidad, y con las intermitencias de abastecimiento de los materiales de construcción, se trabaja en las primeras, desde la calle hacia el río.
Sobre las 27 viviendas que sufren inundaciones por las crecidas del Quibú y que serán trasladadas, Torres Iríbar orientó que es un compromiso que no se vuelva a poblar esa área. Por su parte, García Zapata se refirió a la necesidad de que quienes las vivirán participen en la construcción.
Margarita Castellón Ruiz, directora municipal de la Vivienda en Marianao, mencionó entre los principios de esa reubicación la producción local de materiales y el compromiso de las familias de sumarse a la obra. “No importa si es la mía o no, lo importante es participar y todos movilizarse para ahí, porque vamos a resolver un problema grande, que es esta situación y el objetivo es ese, pero vamos a trabajar para empezar lo más rápido posible”, indicó el primer secretario.
“Todos mis cederistas van a participar, porque queremos irnos de aquí”, dijo Paula Caridad Villegas Pedroso, quien reside en La Escalera hace 45 años.

De acuerdo con el delegado, a la par de las acciones constructivas se han entregado recursos como muebles, colchones, prendas de vestir, calzado y otros bienes a madres con tres hijos y más, personas que reciben asistencia social y aquellas con mayores vulnerabilidades sociales y económicas.
Otra de las vertientes de la labor que desarrollan los trabajadores sociales y otros factores de la comunidad es la ubicación laboral de aquellas personas desvinculadas del trabajo y el estudio. Al respecto, López Hernández destacó que aunque se ha avanzado algo en dar empleo tanto a mujeres como a hombres, todavía el ritmo es lento, comparado con la situación existente. Hoy estamos apoyando, pero las personas deben emplearse, porque tiene que haber un esfuerzo propio en función de la vida. “Esa es una de las tareas en las que más debemos seguir haciendo hincapié, porque forma también parte de la transformación de lo físico y la vivienda, pero si no transformamos la mente, seguimos teniendo problemas”, dijo el viceministro.

Como parte del proceso, se ha realizado un levantamiento social y habitacional, y en el caso de aquellas viviendas que reúnan los requisitos mínimos de habitabilidad, se ha procedido a su legalización.
A juicio del delegado, “la gente está contenta, la población ayuda, se hacen trabajos voluntarios, se han contratado en las obras a cinco albañiles del barrio que laboran con dos brigadas de trabajadores por cuenta propia y algunos vecinos se suman a trabajar con los albañiles”.
Por otra parte, dijo que algunas de estas acciones responden a viejos planteamientos de la población, que no habían tenido solución hasta ahora. En ese sentido, el programa comprende no solo la reparación de unidades de comercio existentes, sino también la construcción de una nueva bodega y una carnicería, así como la habilitación de una tienda, de manera que la comunidad no tenga que trasladarse a lugares lejanos para adquirir productos de primera necesidad.

Según la presidenta del consejo popular, Yamila González González, como parte del proceso, la transformación comprende la calle 136, desde 67 hasta el callejón de Andrade, se entregaron 17 capacidades de círculos infantiles para madres que lo necesitaban, fueron matriculados jóvenes en cursos de albañilería, alimentación social, programación metodológica, a la vez que se rehabilitan el estadio Juan Manuel Márquez, donde se desarrolla un proyecto para las juventudes.
González indicó que están impulsando diferentes acciones los proyectos Pocitín –de corte cultural- y Akokán –con iniciativas de pintura, carpintería, costura-, así como obras en las 14 circunscripciones del Consejo Popular Pocito-Palmar –con una población total de 26 303 habitantes-, que son supervisadas por sus delegados.

“Cada vez que hacemos algo por la gente buena y noble, eso estimula el corazón. Lo que estamos haciendo en los 65 barrios, lo vamos a seguir haciendo año por año, es para ayudar a la gente que más desfavorecida está”, destacó Torres Iríbar.
El primer secretario exhortó a todas las personas que tienen que ver con el barrio a que se inspiren “para que esto quede como deben quedar las cosas, y sea un ejemplo de una transformación verdadera”.



(Tomado de Tribuna de La Habana).