El que espera lo mucho…

No sé cómo podían trabajar aquí, es difícil darles la cara a los consumidores cuando se despacha en un lugar sin seguridad en la higiene… recuerdo esos mostradores…”, dijo una clienta de la bodega no. 57, en Calzada de Luyanó, entre Melones y Guasabacoa, en Diez de Octubre.

Por suerte, aquellos tiempos de penumbra y deterioro, con el techo casi cayéndose, quedaron atrás. “Se demoró 15 años en llegar, pero, al final, puedo sentirme cómodo”, aseguró el administrador de la unidad, Orlando González.

La recuperación de la bodega no.57, en la Calzada de Luyanó, dejó atrás el deterioro acumulado, para satisfacción de población y trabajadores. Foto: Raquel Sierra

La reparación de esa bodega del consejo popular Luyanó integra un programa que debe abarcar progresivamente al resto del territorio, explicó Yuneisy Setién Quintero, jefa de la Unidad Básica de Comercio de ese municipio.

En su mayoría, las unidades de comercio del territorio están en un estado constructivo regular y malo y, como parte de la transformación integral de los barrios, se trabaja con prioridad en Tamarindo, dijo.

“Tenemos 223 bodegas, 19 han sido reparadas y otras 13 están en proceso, de 50 para las que existe financiamiento en estos momentos. Estamos recuperando y transformando la red de venta de mercancía para mejorar la infraestructura y la calidad de los servicios”, puntualizó. “La ruta crítica de los materiales es el cemento, pero con esfuerzo, aunque no logremos las 50, sí podemos avanzar”.

Pese a las limitaciones con el cemento, desde hace dos meses la bodega no. 245, en Santa Emilia y Flores, no se reconoce a sí misma. Una brigada de trabajadores por cuenta propia comandada por Dariel Pujadas Méndez, a golpe de mandarria y cuchara, cambia lo que parecía sin solución.

“Estaba en muy mal estado, con deterioro del techo, paredes y columnas casi colapsadas. Aquí se ha hecho un trabajo bastante completo en albañilería y la red hidráulica, incluso, trabajamos en una cuarteadura inmensa en el piso del vecino de arriba. La falta de cemento nos ha atrasado, pero dejaremos esto como nuevo”, sostuvo Pujadas Méndez.

LA HORA DE TRANSFORMAR

De acuerdo con Marcos Aguirre, subdirector de productos alimenticios en la Empresa Provincial de Comercio de La Habana, desde 2020 se trabaja en el reordenamiento de la red de unidades de la provincia –conformada por 1 900 bodegas, 1 340 carnicerías, 858 puntos de leche y 97 mercados Ideal– y, poco a poco, en su recuperación constructiva, con prioridad en las bodegas como célula fundamental de la red de venta de mercancías. “Por supuesto, no se puede entrar en todas al mismo tiempo y el proceso debe extenderse, en dependencia de las posibilidades económicas del país”.

En la no.245 la reparación comprende también la acera y acciones puntuales en la vivienda del piso superior. Foto: Raquel Sierra

De tal manera, la no. 245, que atiende a unos 1 050 consumidores, será una bodega mixta, con lechería, que contará con su fregadero para la obtención de su licencia sanitaria. Hasta ahora, recuerda su administradora, Natividad Cartas, las condiciones higiénicas en esa área no eran óptimas.

La transformación, sin embargo, comprende, además, la imagen y las condiciones para la prestación de servicios y la estancia de quienes trabajan en esos establecimientos. Al respecto, indica: “Estamos buscando calidady también mejoras en la vida del capital humano”.

DE TODO COMO EN BOTICA

En este proyecto hay unidades pequeñas como carnicerías, bodegas y supermercados, expresó Aguirre. Uno de estos últimos es el ubicado en Esperanza, entre Recreo y Suzarte, en el Cerro, que vende los mandados de 3 105 consumidores, distribuidos en 1 049 núcleos.

Entre las dificultades de este mercado, dice Alain Aportela, jefe de almacén, estaban las tupiciones de todos los tragantes y roturas en las tejas, que provocaban inundaciones; por no hablar del estado de los mostradores, una constante de deterioro e improvisación en casi toda la red.

En la actual reparación capital, se hizo nueva la hidráulica y se trabaja en las áreas de despacho, que llevarán los llamados graneros para la colocación de los productos, y los baños.

Según Ivón García, jefa de la unidad básica de comercio de este territorio, existen 183 unidades bastante deterioradas, de ellas, diez están en obras y unas 70, pendientes.

Larga faena por emprender en el mercado El Recreo, en el Cerro. El proceso debe continuar hasta abarcar el resto de las unidades. Foto: Raquel Sierra

Con la cooperativa La Victoria, se considera que El Recreo podría terminarse antes de que concluya el año, de disponer de los materiales.

En el proyecto Bodega, millonario y financiado en más del 70 % con la contribución del 1 % de las empresas, participan entidades estatales, cooperativas no agropecuarias y trabajadores por cuenta propia. A partir del programa de los barrios se han incorporado en esta etapa algunas previstas inicialmente para una etapa posterior.

Para quienes no les ha llegado la hora, Aguirre sostiene: “La población puede tener confianza, el programa llegará a todos, es la aspiración de las personas y las indicaciones del Ministerio del Comercio Interior y del país”.

Para ulteriores intervenciones, habrá que seguir prestando atención a cómo los cambios y la calidad de la terminación impactan la estética barrial y, en ello, grande podría ser la contribución de profesionales de los municipios.

(Tomado de Tribuna de La Habana)

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