Aunque desde 1983 se realiza la Feria Internacional de La Habana (Fihav), la XXXVIII edición -del 14 al 18 de noviembre- transcurrirá en un contexto bien complejo desde el punto de vista económico, político y social.
Las enormes carencias de recursos materiales, acompañadas de una crisis energética sin precedentes, del recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos -principal obstáculo al desarrollo y bienestar de la Isla-, y la urgencia de recuperarnos de los daños ocasionados por el huracán Ian en el occidente, son realidades incuestionables.
En las redes sociales no han faltado comentarios de quienes consideran, por tanto, que Cuba no está en condiciones realizar un encuentro, cuyos preparativos llevan muchos gastos, empezando por el mejoramiento constructivo de las instalaciones del recinto ferial Expocuba, sede de la tradicional cita.
Pero no olvidemos que vivimos bajo el asedio de una guerra subversiva y mediática del imperialismo y de quienes dentro y fuera del país apuestan por la concreción de un Estado fallido; no olvidemos que la mayor de las Antillas figura injustamente en una lista de naciones patrocinadoras del terrorismo, y que las sanciones y persecución despiadada contra empresarios y compañías extranjeras que intenten comercializar con ella están a la orden del día.
Tras controlar con sus propios científicos y personal de la salud la COVID-19, que afectó mucho más a una economía cubana ya dañada por el bloqueo y la crisis económica mundial, la Isla batalla por reanimar sectores estratégicos como el turismo y la inversión foránea, que generen las necesarias divisas para subsistir y avanzar.
Camino a la paulatina recuperación, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información entre enero y agosto de 2022 se había recibido a más de un millón de turistas, siendo los principales emisores Canadá, Estados Unidos, España, y la Federación Rusa en ese orden, mientras forman parte de la comunidad cubana en el exterior 212 485 viajeros.
En materia de eventos, sólo en los últimos meses han tenido lugar ferias y exposiciones internacionales como Expocaribe, en Santiago de Cuba, y de Transporte y de Salud para todos, en la capital, por lo cual la de La Habana, desde hace dos años sin poder celebrarse debido a la pandemia, también resulta muy necesaria y oportuna.
Suspender -como piden algunos compatriotas- la bolsa comercial de carácter general más importante de Cuba y el Caribe, y una de las de mayor representatividad en América Latina, sería darle la espalda a esos cientos de empresarios, cámaras de comercio y gobiernos que contra viento y marea desafían el bloqueo estadounidense y quieren comercializar con la ínsula.
Según datos ofrecidos en reciente chequeo de los preparativos de la reunión, se espera la participación de unas 130 entidades estatales, 10 Mipymes y 29 delegaciones oficiales, además de que están contratados más de 14 mil metros cuadrados de áreas expositivas y han confirmado su asistencia representantes de 61 países.
Como afirmó recientemente Rodrigo Malmierca, ministro de Comercio Exterior y de la Inversión Extranjera, en el ámbito de Fihav 2022 celebraremos el V Foro de Inversiones que, a juzgar por sus ediciones anteriores, será una excelente ocasión para sostener encuentros bilaterales entre empresarios del patio y potenciales inversionistas foráneos; así como para continuar compartiendo ideas e intercambiando sobre los retos que tenemos por delante en materia de atracción de inversiones.
También se realizarán actividades de promoción de los fondos exportables de Cuba, que incluirán las producciones y servicios de las formas de gestión no estatal presentes en el evento.
De acuerdo con la convocatoria, una vez más se espera que, a pesar de la difícil situación por la que atraviesa el país, exista una amplia participación de empresas internacionales, como muestra de la confianza en el mercado cubano, que continúa siendo atractivo por sus potencialidades económicas y comerciales.
(Tomado de ACN).