La intelectual Graziella Pogolotti marca este martes en el calendario su 92 cumpleaños, mientras exhibe la lucidez de sus años mozos y su atinada visión de la realidad sociocultural de Cuba.
Aunque vio la luz en París, Francia (1931), su andar por la vida está estrechamente vinculado a la isla caribeña, que la acogió como hija ilustre, pues ha logrado captar su esencia en cada texto y desentrañar la magia de la mayor de las Antillas.
Presidenta del Consejo Asesor del Ministro de Cultura y vicetitular de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Pogolotti registra en su hoja de vida la membresía en la Academia Cubana de la Lengua y presidencia de la Fundación Alejo Carpentier, así como el Premio Nacional de Literatura (2005).
Doctora en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana, imprimió su firma en numerosos ensayos, al tiempo que se desempeñó como investigadora sociocultural, crítica de Artes Plásticas, docente, promotora cultural y maestra de generaciones de teatristas en el Instituto Superior de Arte.
Asimismo, desempeña responsabilidades de dirección en el departamento de Lenguas y Literaturas modernas en la Universidad de La Habana, y la subdirección de investigaciones de la Escuela de Letras.
Merecedora de la Orden Nacional José Martí, la más alta distinción que otorga el Gobierno en el país a destacadas personalidades, Pogolotti es una figura esencial para la cultura de la nación caribeña y se ha convertido en pilar fundamental para analizar temáticas sociales y culturales pasadas y contemporáneas, destacó el presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto.
De su obra literaria destacan textos como Examen de conciencia (1965), El camino de los maestros (1976), Experiencia de la crítica (2003), Alejo, el ojo crítico (2007) y Dinosauria soy (2012).
(Tomado de Prensa Latina)