Desde los albores de la civilización el hombre pugnó por combatir el dolor, en particular el originado a partir de las extracciones dentarias y de la necesaria o a veces imprescindible incisión quirúrgica. El surgimiento de la práctica de la anestesia fue un hecho trascendental, ya que cambió el curso de la historia de la medicina pues marcó el inicio de la moderna cirugía.
En horas de la mañana del 16 de octubre de 1846, William Thomas Green Morton (1819-1868) procedió a realizar la primera práctica exitosa en público de un acto anestésico, en el Massachussets General Hospital, de Boston, Estados Unidos, valiéndose de las inspiraciones de éter sulfúrico mediante un equipo diseñado por el eminente químico Charles Jackson quien fue su profesor.
Pocos meses después, el 15 de marzo de 1847, el doctor Vicente Antonio de Castro Bermúdez (1809-1869) publicó en el Diario de La Habana el primer informe oficial de la utilización de las inspiraciones de éter para realizar una operación en el Hospital de San Juan de Dios en la Habana, para evacuar un hidrocele bilateral. Esto había ocurrido el 11 de Marzo de 1847, en consecuencia fue el primero en Hispanoamérica en usar la anestesia con éter.
Cuatro meses más tarde, en Santiago de Cuba, el Dr. José Fernández Celis, cirujano venezolano radicado en la oriental ciudad, empleó éter mediante un equipo diseñado por el químico estadounidense Charles Jackson para amputar dos artejos del pie derecho. No se reportaron complicaciones, de modo que la cirugía fue todo un éxito.
Posteriormente, el 13 de noviembre de 1847 se efectúa la primera amputación en Cuba utilizando anestesia. Este hecho, es de gran orgullo para todos los cubanos, pues es un marcador del adelanto que tuvo las ciencias médicas a todo lo largo de nuestra historia.
Por: Lic. Anabel Quiñones Agüero