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Centenario del Museo Casa Natal José Martí

  • Efemérides

En el marco de la jornada de festejos por el centenario celebramos la importancia de este espacio que preserva la memoria y el legado de nuestro Héroe Nacional.

El 28 de enero de 1853, en el humilde barrio habanero de San Isidro, nació José Julián Martí y Pérez. En una modesta vivienda, sus padres, Don Mariano y Doña Leonor, compartían el alquiler con familiares cercanos. Este hogar, ubicado cerca del baluarte homónimo y la puerta del Arsenal, reflejaba la cotidianidad de una ciudad que apenas superaba los 200,000 habitantes. Fue en este entorno de disciplina y sacrificio que el joven Martí comenzó a entender los rigores de la vida, mientras forjaba sus sueños y su destino.

El primer homenaje

Cuenta Dioelis Delgado Machado, directora del Museo Casa Natal de José Martí, que apenas iniciada la intervención militar de Estados Unidos en Cuba (1899) se organizó la primera Jornada Martiana. Un reporte publicado en el diario La Lucha  refiere que el evento «contó con la participación de un grupo de patriotas y miles de cubanos que ofrecieron su sincero tributo al Apóstol».

Entre las actividades destacó la colocación de una lápida en la humilde casita de la calle Paula, ofrenda de emigrados cubanos de Cayo Hueso, muchos de los cuales escucharon en directo el encendido verbo martiano y colaboraron en sus afanes patrióticos.

«El viernes 27 de enero de 1899 la comisión que presidía el homenaje publicó la convocatoria para todo el pueblo cubano. Al día siguiente, el sábado 28, colocó la lápida que señala el lugar donde nació el redentor cubano, la cual se conserva en la fachada del Museo. Este primer encuentro en la cuna del Apóstol fue protagonizado por algunos de sus familiares y los miembros de la Comisión Martí, presidida por Juan Gualberto Gómez Ferrer», refiere la estudiosa.

En una de las imágenes publicadas por la prensa aparecen Doña Leonor Pérez, la hermana Rita Amelia Martí, la viuda Carmen Zayas Bazán, y el joven José Francisco Martí, en la planta alta de la casa de la calle de Paula. Otra fotografía muestra a los familiares asomados a los balcones del inmueble, y en una tercera están Juan Gualberto Gómez Ferrer, Fermín Valdés Domínguez, Enrique Loynaz del Castillo y un grupo de personas que posan junto a la tarja de mármol blanco que dice: «Nació en esta casa el día 28 de enero de 1853. Homenaje de la Emigración de Cayo Hueso».

«El domingo 29 –a las doce del día– partió una manifestación desde Prado hasta el Parque Central, a la que se fueron incorporando representantes de comisiones, juntas y clubes patrióticos. La primera parada se realizó en la casita de Paula, luego continuaron hasta la Alameda, donde se colocó una tribuna en la que se pronunciaron inolvidables discursos. Entre los presentes estaban Francisco Calderón, con la bandera que Martí utilizó en la delegación del Partido Revolucionario Cubano, en Tampa; Francisco María González, el taquígrafo que hizo posible la divulgación de los discursos pronunciados por Martí en 1891: Por todos y para el bien de todos, y Los Pinos Nuevos».

Casa natal, casa del pueblo

La deuda ética y moral con que nació la República marcó el surgimiento de varias agrupaciones centradas en la recuperación y divulgación del legado del Apóstol. Entre esas organizaciones destacó la Asociación Por Martí, fundada en 1900, que impulsó una colecta a nivel nacional y contó con el decisivo apoyo de emigrados cubanos, esencialmente de Cayo Hueso y Tampa, para recaudar los tres mil duros oro que pedía la congregación religiosa de las monjas de Santa Catalina de Sena por la propiedad de la casa.

Antes, hacia 1810, y según la cronología del inmueble que exhibe el Museo Casa Natal, los propietarios de la edificación habían sido los frailes de la Orden de Santo Domingo, que poseían varios inmuebles en la calle de Paula.

Con la muerte de Leonor Pérez en 1907, la Asociación decidió que la casa permaneciera arrendada a favor de los nietos hasta que culminaran su educación. El inmueble siguió ocupado entonces como casa de inquilinato durante mucho tiempo y sufrió varias modificaciones: «A esa fecha corresponden los cambios realizados en la fachada y los balcones, donde aparecen las rejas de hierro fundido», explicó la experta.

A pesar de los numerosos llamados a instancias gubernamentales, la casa llegó a tener un estado ruinoso. Las organizaciones pro Martí no conseguían desalojarla para comenzar las acciones de restauración.

En franco deterioro estaba cuando el periodista y ferviente martiano Arturo R. de Carricarte de Armas (1880-1948) asumió el proyecto y desplegó una amplia campaña (hoy le llamaríamos comunicacional) entre personalidades influyentes y en los medios para movilizar opiniones y conseguir los recursos y amparos que se necesitaban.

El también diplomático y fundador de la Logia Habana, solicitó apoyo al alcalde habanero Marcelino Díaz de Villegas y al presidente de la Academia de Historia Emeterio Santovenia y Echaide, quien además ofreció sus servicios legales como notario. Carricarte logró que el ingeniero y arquitecto Emilio Vasconcelos Fraide dictaminara las necesidades constructivas del inmueble, que finalmente fue registrado a nombre del pueblo cubano en 1918.

Finalmente, después de años de esfuerzos, el 28 de enero de 1925, abrió sus puertas el Museo José Martí, convirtiéndose en el primer memorial de Cuba y en la primera institución centrada en el estudio del Maestro. La fundación quedó refrendada en la Gaceta Oficial número 149, con fecha 21 de julio de 1928, según decreto 1187, del 11 de julio de ese año.

«Su tarea, apenas reconocida, tiene hoy un extraordinario valor, ya que propició la conservación del patrimonio martiano y evitó que se perdiese, se dispersara en manos privadas, o recibiera un uso indiscriminado», añadió.

Entre los objetos personales que exhibe la Casa Natal se encuentran la toalla y gorrito utilizados en el bautizo de José Martí y la trenza de pelo que le cortaron a los 4 años. El bautizo tuvo lugar el 12 de febrero de 1853 en la Iglesia del Santo Ángel Custodio y las piezas fueron donadas por Teresa Grau, amiga de Leonor Pérez, madre del Apóstol. La guedeja del niño José Martí, por su parte, fue donada al Museo Nacional por Amelia Martí el 11 de marzo de 1913. Foto: Tomada de Portal Cubarte

En 1948, enfermo y decepcionado del poco apoyo gubernamental que recibía el legado martiano, renunció a la dirección del Museo. Murió el 8 de noviembre de ese mismo año, en su Marianao natal, «con un libro en la mano», escribió el periodista Ramón Vasconcelos en la revista Bohemia (número 46, 1948).

Monumento Nacional

El 28 de enero de 1949 el continuador de Carricarte, Joaquín Llaverías, publicó un folleto con el inventario de todas las piezas, libros y documentos atesorados por el Museo, muchos de los cuales desaparecieron en los años siguientes.

En artículo publicado en 1950 en la revista Carteles, el primer Historiador de la Ciudad de La Habana Emilio Roig de Leuchsenring exigió «conservar adecuadamente la casa en que nació Martí el 28 de enero de 1853, marcada el dicho año con el número 41 de la calle de Paula, posteriormente número 102, y en la actualidad Leonor Pérez número 314, declarada Monumento Nacional por acuerdo de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología, sancionado por decreto presidencial de 5 de febrero de 1949».

Poco después fue designado el profesor Manuel I. Mesa Rodríguez, representante de la Academia de la Historia de Cuba, como director técnico del Museo José Martí, quien consiguió, según Roig, que el Comité Ejecutivo de la Comisión del Centenario de Martí sufragase la restauración de la Casa y también “el retrato de Martí, al óleo, pintado por (Herman) Norman, único para el que posó el Apóstol”.

En 1891 Martí posó para el pintor sueco Herman Norman (1864-1906). Aparece sentado, mirada y rostro al frente, la mano derecha sobre la mesa en actitud de escribir, la otra cerrada apoyada en el borde de la mesa, junto al tintero. La obra pertenece a la Colección del Museo Casa Natal de José Martí. Foto tomada del Repositorio Digital de la OHCH.

Museo Casa Natal de José Martí

«Después de 1959 el Museo adquirió una dimensión social diferente, rememoró Delgado Machado. Demoró un tiempo en abrir sus puertas pues los actos terroristas de 1960 (explosión del vapor La Coubre en la zona del arsenal) provocaron gran deterioro en edificios de la zona, hecho que hizo más complejo el proceso de reconstrucción. El primer proyecto de restauración y rehabilitación del Museo lo realizó el Consejo Nacional de Cultura, dirigido por la Dra. Vicentina Antuña, a través de la Dirección de Museos y Monumentos que atendía la Dra. Marta Arjona».

«Para 1963 el gobierno había nombrado como director honorario a Waldo Medina, notable abogado y gran martiano que se había ocupado del Museo de El Abra, en la Isla de Pinos. Fue él quien presentó a la joven María de la Luz Ramírez Estrada, Lucy, que primero ocupó el cargo de administradora y, luego, hasta 1990, el de directora», explicó la experta.

El lunes 28 de enero de 1963, inmerso en los festejos martianos que se desarrollaron en todo el país, la institución reabrió sus puertas para celebrar el natalicio 110 del más grande de todos los cubanos. Desde entonces se llamó oficialmente Museo Casa Natal de José Martí.

«La Casita de Martí dejó de ser un almacén con vitrinas y objetos, que no permitía la comprensión cabal del legado martiano. A través del Consejo Nacional de Cultura se logró rescatar la colección dispersa entre el Archivo Nacional, el Museo Nacional de Bellas Artes y otras instituciones y organismos del Estado», argumentó Delgado Machado.

En esa ocasión recuperan para el Museo el retrato de Martí hecho por el artista sueco Herman Norman, el grillete, la trenza de pelo que le cortaron a los cuatro años, el gorrito del bautizo y varias piezas del mobiliario.

Pero el entorno urbano y social de la institución continuaba siendo hostil: “Fue un barrio donde proliferó la prostitución, el juego y cuanta actividad ilícita aparecía, asediado por personas que llegaban a la capital en busca de posibilidades de trabajo y se quedaban a residir en condiciones marginales”, explicó la actual directora.

«El Museo Casa Natal de José Martí fue pionero en la realización de ese trabajo de proyección comunitaria e integración de los diferentes sectores y grupos etarios del público como el Sábado de la Barriada, que tenía en cuenta las desventajas sociales de muchos niños de la zona; y otras actividades a las que se vinculan el Centro de Estudios Martianos y especialistas de la talla de Cintio Vitier Bolaños, Fina García Marruz, Pedro Pablo Rodríguez y Luis Toledo Sande».

El museo comenzó a organizar exposiciones de artes plásticas, conciertos que propiciaban la musicalización de los versos martianos, encuentros con jóvenes trovadores, cancelaciones postales, campeonatos de ajedrez y representaciones martianas a partir de lecturas realizadas por los niños.

A partir de 1994 dejó de ser administrado por el Gobierno Municipal y pasó a formar parte de la red de museos de la Dirección de Patrimonio de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, bajo la dirección de Eusebio Leal Spengler. En 1997 se produjo una intervención que incorporó nuevos criterios técnicos para la preservación del patrimonio. El nuevo guion museológico fue preparado por los especialistas y su directora de entonces, Zenaida Gómez Taño.

Ese nuevo proyecto museográfico aprovechó los resultados del detallado estudio realizado a la colección, la más completa que existe en Cuba y el mundo de objetos originales utilizados por Martí, sus familiares y amigos. El resultado fue una exhibición cada vez más coherente, desde el punto de vista cronológico, en cada una de las ocho salas con que cuenta el Museo.

El 19 de mayo de 2000 se develó allí el busto de Martí realizado por el escultor santiaguero Alberto Lescay. Ese entorno al aire libre es parte de la visualidad que distingue hoy al Museo y se ha convertido en sede permanente de actos y galas conmemorativas, culturales o solemnes de instituciones diversas, así como de los matutinos de la vecina escuela primaria Don Mariano Martí.

Para la directora Delgado Machado «la estructura actual de la institución permite un trabajo mucho más integrador alrededor del Museo, con funciones que responden a un programa sociocultural que articula la Biblioteca Especializada Fermín Valdés Domínguez, el Aula Museo que funciona allí desde 1995, y el salón para exposiciones y actividades. El personal técnico que labora está compuesto por profesionales calificados: técnicos en bibliotecología, guías y especialistas en museología, didáctica cultural y conservación».

Estas actividades, estratificadas por grupos etarios, se integran además al programa cultural de la Oficina del Historiador, con una incidencia particular en las jornadas de enero y mayo, dedicadas al natalicio y muerte del Héroe Nacional; así como en el proyecto de verano de Rutas y Andares, donde la Ruta de Martí se ha convertido en una de las preferidas por el público.

El Museo Casa Natal es parte además del sistema de instituciones de la Oficina del Programa Martiano que, junto al Centro de Estudios Martianos, la Sociedad Cultural José Martí, la Fragua Martiana, el Movimiento Juvenil Martiano y el Memorial José Martí, entre otras, coordina las iniciativas de investigación, preservación y promoción relacionadas con la vida y obra del Héroe Nacional.

Como parte de esa experiencia surgió el proyecto La Casa en el barrio, que les ha permitido recorrer gran parte del país con una réplica didáctica de varios de los espacios del Museo.

El Museo Casa Natal de José Martí recibe un promedio de 70 mil visitantes al año, fundamentalmente niños y jóvenes, eso lo convierte en la institución de su tipo más visitada del Centro Histórico.

Hoy el Museo Casa Natal de José Martí consta de otros inmuebles, donde se ubican la Biblioteca Especializada Fermín Valdés Domínguez, el Aula Museo que funciona allí desde 1995, el salón para actividades y el patio, articulados todos en función del programa sociocultural comunitario que cada año diseñan sus especialistas en coordinación con la OHCH. Foto José Raúl Rodríguez Robleda

Por: Lic. Anabel Quiñones con información del Periódico Trabajadores

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