La primera campaña de vacunación antipoliomielítica en Cuba, que se llevó a cabo el 26 de febrero de 1962, marcó un hito crucial en la historia de la salud pública del país. Esta iniciativa fue parte de un esfuerzo nacional para erradicar la poliomielitis, una enfermedad que había afectado gravemente a la población infantil cubana durante décadas.
Contexto Histórico
Antes de la campaña, Cuba enfrentaba una grave crisis de poliomielitis. Desde finales del siglo XIX, la enfermedad había causado epidemias recurrentes, dejando a cientos de niños con parálisis cada año. Entre 1932 y 1962, se registraron aproximadamente 413,000 casos y 430 muertes atribuibles a esta enfermedad. La última epidemia significativa ocurrió en 1961, con 342 casos reportados, lo que llevó al gobierno cubano a tomar medidas urgentes para controlar la situación.
La Campaña de Vacunación
La campaña de vacunación antipoliomielítica fue organizada por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) y tuvo como objetivo inmunizar a todos los niños cubanos menores de 15 años. Se planificó una cobertura del 80% para aproximadamente 2.5 millones de niños, pero el resultado superó las expectativas, alcanzando una cobertura del 86.2%. En total, se administraron cinco millones de dosis de la vacuna oral Sabin durante esta primera campaña.
La campaña se dividió en varias fases: una fase inicial de planificación que duró ocho semanas, seguida por la administración de la primera dosis entre el 26 de febrero y el 4 de marzo. Posteriormente, se programó un intervalo de cuatro semanas antes de aplicar la segunda dosis. Este enfoque metódico fue clave para garantizar el éxito de la vacunación.
Participación Comunitaria
Un aspecto notable de esta campaña fue la participación activa de las comunidades. Más de 100,000 miembros de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) fueron movilizados para realizar censos y garantizar que todos los niños fueran vacunados. Además, organizaciones como la Federación de Mujeres Cubanas colaboraron en el trabajo con madres y niños, lo que facilitó la divulgación y concienciación sobre la importancia de la vacunación.
La colaboración internacional también fue fundamental; Cuba recibió apoyo técnico y logístico de países como la antigua Unión Soviética y Checoslovaquia. Esto incluyó no solo el suministro de vacunas sino también asistencia en términos de investigación y desarrollo.
Resultados y Legado
Los resultados fueron inmediatos y significativos. A partir del inicio de la campaña en 1962, Cuba no reportó más muertes por poliomielitis. Aunque se registraron diez casos no letales entre 1963 y 1989, el país logró erradicar efectivamente la enfermedad. En 1994, la Organización Mundial de la Salud (OMS) certificó a Cuba como un país libre de poliomielitis.
La experiencia adquirida durante esta primera campaña sentó las bases para el Programa Nacional de Inmunización en Cuba. Desde entonces, el país ha mantenido su compromiso con las campañas anuales de vacunación, lo que ha contribuido a mantener eliminadas diversas enfermedades prevenibles por vacunación.
Conclusión
La primera campaña antipoliomielítica en Cuba no solo fue un éxito en términos sanitarios, sino que también representó un modelo innovador en salud pública basado en la participación comunitaria y el trabajo intersectorial. Este esfuerzo conjunto no solo salvó vidas sino que también transformó el enfoque hacia la salud preventiva en Cuba, convirtiendo al país en un referente en inmunización en América Latina. La historia demuestra que con organización y compromiso social es posible enfrentar desafíos sanitarios significativos y lograr resultados positivos para toda una nación.
Por: Lic. Dánae Ricardo